En el pasado era habitual ver que los diferentes operadores tanto de banda ancha fija como móvil desplegaban sus propias redes, haciendo frente a la inversión que ello supone. Pese a que ya había pequeños acuerdos comerciales entre diferentes compañías, en los últimos tiempos es cada vez más habitual ver, como, debido a la actual situación económica, algunas operadoras optan por realizar despliegues conjuntos para ahorrar costes.

En 2013, Vodafone y Oragen anunciaron que compartirían el despliegue de la red de fibra óptica hasta el hogar (FTTH), que desde ese momento hasta 2017 pretende llegar a 6 millones de hogares españoles. Ahora, ambas operadoras llevarán a cabo un nuevo acuerdo mediante el cual compartirán 2000 emplazamientos de antenas en lugares en los que exista poca densidad de población.

Estos 2000 emplazamientos de antenas (no compartirán las antenas en sí), hará posible que ambos operadores puedan desmantelar 1000 antenas cada uno de ellos, lo que les permitirá ahorrar grandes costes y destinar los mismos a acelerar los despliegues tanto de FTTH como LTE.

Orange y Vodafone han indicado que buscan un tercer implicado que les ayude a llevar a cabo estas acciones. Es decir, buscar un socio que compre parte de sus antenas y quedarse en régimen de alquiler, algo similar a la decisión de Movistar y Yoigo, que con su acuerdo de colaboración vendieron parte de ellas a Abertis.

De esta forma, con el plan inicial, ambos operadores desmantelarán alrededor de 1.000 emplazamientos y reinstalarán sus equipos en los del operador rival. Esta acción se llevará a cabo en las zonas menos pobladas de España, y donde los equipos son menos rentables porque atienden a pocos clientes. Así, podrán ahorrar costes de explotación y mantenimiento para mejorar la rentabilidad.

Así amortizados tanto los costes de desmontaje, cada una de las operadoras harían frente al 50 por ciento de los costes de alquiler, alimentación eléctrica, seguridad y mantenimiento, reduciendo costes de forma considerable.

Fuente: Expansión